Manejo de la vitamina D: respuesta biológica y ventajas de la suplementación oleosa semanal
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30 jun 2025

Manejo de la vitamina D: respuesta biológica y ventajas de la suplementación oleosa semanal

Dr. Alberto Armas Ruiz

Ginecología

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Cirugía General

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Medicina General

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Nutrición

Nutrición

Resumen

 

La vitamina D cumple funciones esenciales en la salud humana, no solo en la homeostasis del calcio y la mineralización ósea, sino también en la modulación inmunitaria, la función muscular y la prevención de enfermedades crónicas. Su metabolismo implica una conversión hepática a 25-hidroxivitamina D [[25(OH)D], biomarcador principal de su estado en el organismo, y posteriormente a 1,25-dihidroxivitamina D, su forma activa. Debido a su naturaleza lipofílica, la vitamina D se almacena en el tejido adiposo, lo que permite su liberación gradual para mantener concentraciones séricas estables. Se ha demostrado que la administración en soluciones oleosas mejora significativamente la biodisponibilidad intestinal de la vitamina D en comparación con formulaciones sólidas como tabletas o polvos. Este modelo farmacocinético no solo garantiza concentraciones sostenidas de 25(OH)D, sino que también facilita el apego al tratamiento mediante esquemas semanales o mensuales, sin comprometer la eficacia terapéutica. Dada la alta prevalencia de deficiencia de vitamina D a nivel mundial y su asociación con osteoporosis, debilidad muscular, mayor riesgo de fracturas y de enfermedades autoinmunes, cardiovasculares y metabólicas, resulta de particular interés optimizar las estrategias de suplementación. En este contexto, las formulaciones en base oleosa se perfilan como una herramienta clave en salud pública, al ofrecer mayor absorción y una respuesta más predecible, en especial en poblaciones con riesgo de malabsorción o baja adherencia al tratamiento.

Palabras clave: vitamina D, 25-hidroxivitamina D, biodisponibilidad, vehículo oleoso, suplementación, metabolismo

 

Abstract

 

Vitamin D is essential for human health, playing significant roles in calcium regulation, bone mineralization, immune function, muscle health, and the prevention of chronic diseases. Its metabolism begins with a conversion in the liver to 25-hydroxyvitamin D (25(OH)D), which is the primary biomarker in circulation. The kidneys then convert it into its active form, 1,25-dihydroxyvitamin D. Due to its fat-soluble nature, vitamin D can be stored in adipose (fat) tissue, allowing for a gradual release that helps maintain stable serum levels. Research indicates that oil-based formulations of vitamin D significantly enhance its absorption in the intestines compared to solid forms, such as tablets or powders. This improved absorption supports sustained levels of 25(OH)D and facilitates treatment adherence with options for weekly or monthly dosing, without sacrificing therapeutic effectiveness. Given the widespread occurrence of vitamin D deficiency and its links to conditions such as osteoporosis, muscle weakness, increased fracture risk, and various autoimmune, cardiovascular, and metabolic diseases, it is crucial to optimize supplementation strategies. In this regard, oil-based formulations stand out as a vital public health tool, providing superior absorption and more consistent responses, particularly for individuals with fat malabsorption issues or those who struggle with adherence to treatment.

Keywords: vitamin D, 25-hydroxyvitamin D, bioavailability, oil-based vehicle, supplementation, metabolism

 

Introducción 

 

Cuando el organismo recibe una dosis alta de vitamina D, se desencadenan mecanismos destinados a incrementar temporalmente las concentraciones séricas de 25-hidroxivitamina D [25(OH)D], su principal metabolito circulante. Sin embargo, dado que la vitamina D es una vitamina liposoluble, el cuerpo tiende a almacenarla en los depósitos grasos, desde donde se libera gradualmente para mantener concentraciones estables y permitir su disponibilidad en los tejidos que la requieren, como hueso, músculo, sistema inmunitario y otros.

Biológicamente, el organismo no está diseñado para depender de grandes cargas esporádicas, sino de una ingesta constante que asegure su participación en procesos como la homeostasis del calcio, la mineralización ósea y la modulación inmunitaria. Cuando no se mantiene un suministro regular, su biodisponibilidad disminuye en forma progresiva, afectando sus funciones fisiológicas.

Desde el punto de vista clínico, se ha demostrado que la administración semanal de vitamina D en base oleosa ofrece ventajas significativas frente a las tabletas de consumo diario o intermitente. La base oleosa mejora la absorción intestinal, al ser un vehículo fisiológicamente compatible con la naturaleza lipofílica de la vitamina D. Además, este esquema facilita el apego al tratamiento, en especial en pacientes con baja adherencia, ya que reduce la frecuencia de las tomas sin comprometer la eficacia terapéutica.

Por tanto, la estrategia de dosis semanales en solución oleosa no solo optimiza la absorción, sino que garantiza una disponibilidad sostenida, alineada con las necesidades metabólicas continuas del organismo.

 

Fuentes y metabolismo 

 

Los seres humanos obtenemos la vitamina D (fig. 1) por medio de la exposición solar, la dieta y los suplementos alimenticios. Una dieta rica en pescados grasos previene la deficiencia de vitamina D. La radiación ultravioleta B (UVB) solar, con una longitud de onda entre 290 y 315 nm, penetra en la piel y convierte el 7-dehidrocolesterol en previtamina D3, la cual se transforma rápidamente en vitamina D3. Debido a que cualquier exceso de previtamina D3 o vitamina D3 es degradado por la propia exposición solar, una exposición prolongada al sol no provoca intoxicación por vitamina D3.1

 

modelo 3d Molécula de Vitamina D - TurboSquid 1422200

Figura 1. Modelo 3D de la vitamina D (TurboSquid 1422200).

 

Pocos alimentos contienen vitamina D de forma natural o están fortificados con ella. La designación “D” hace referencia tanto a la D2 como a la D3. La vitamina D2 se obtiene mediante la irradiación ultravioleta del ergosterol proveniente de levaduras, mientras que la vitamina D3 se produce a partir de la irradiación ultravioleta del 7-dehidrocolesterol extraído de la lanolina.1

La vitamina D, ya sea obtenida por síntesis cutánea o por la dieta, se metaboliza en el hígado a 25-hidroxivitamina D, metabolito utilizado como indicador del estado de vitamina D en el organismo. Posteriormente, la 25-hidroxivitamina D, mediante la enzima 25-hidroxivitamina D-1α-hidroxilasa (CYP27B1), se convierte en los riñones a su forma biológicamente activa, la 1,25-dihidroxivitamina D. La producción renal de 1,25-dihidroxivitamina D está finamente regulada por las concentraciones plasmáticas de hormona paratiroidea (PTH), calcio y fósforo séricos.1

Sin vitamina D en nuestro organismo, solo se absorbe entre el 10 y 15% del calcio dietético y aproximadamente el 60% del fósforo.1

 

Farmacocinética de la fórmula oleosa

 

El colecalciferol se absorbe fácilmente en el intestino delgado. La ingesta de alimentos puede aumentar su absorción.2

En cuanto a su distribución y biotransformación, colecalciferol y sus metabolitos circulan unidos a una globulina específica en sangre. En el hígado se convierte por hidroxilación a 25-hidroxicolecalciferol. Luego, en los riñones, se convierte a 1,25-dihidroxicolecalciferol. Este es el metabolito activo responsable del aumento de la absorción de calcio. El colecalciferol que no se metaboliza se almacena en los tejidos adiposo y muscular.2

Tras una dosis única de colecalciferol las concentraciones séricas máximas de la forma de almacenamiento primario se alcanzan después de aproximadamente 7 días. El 25-(OH)-D3 es entonces eliminado poco a poco con una vida media aparente en el suero cercana a 50 días. La vitamina y sus metabolitos se excretan sobre todo en la bilis y las heces, y un pequeño porcentaje en la orina.2

 

Deficiencia de vitamina D

 

La deficiencia de esta vital vitamina tiene repercusiones para: 

  • El desarrollo de trastornos como la osteoporosis y el riesgo de fracturas. Aproximadamente el 33% de las mujeres de entre 60 y 70 años y el 66% de aquellas de 80 años o más presentan osteoporosis. Se estima que el 47% de las mujeres y el 22% de los hombres de 50 años o más sufrirán una fractura osteoporótica en lo que resta de su vida. 

  • La fuerza muscular y las caídas. La deficiencia de vitamina D provoca debilidad muscular. Los músculos esqueléticos poseen receptores de vitamina D y pueden requerir de esta vitamina para alcanzar un funcionamiento óptimo. Esto es especialmente relevante en el caso de pacientes mayores.1,3

 

Acciones no esqueléticas de la vitamina D

 

Tejidos como el cerebro, la próstata, la mama y el colon, entre otros, así como las células del sistema inmunitario, poseen receptores de vitamina D y responden a la acción de la 1,25-dihidroxivitamina D, su forma biológicamente activa. Además, algunos de estos tejidos y células expresan la enzima 25-hidroxivitamina D-1α-hidroxilasa, que permite la conversión local a su forma activa.1

De manera directa o indirecta, la 1,25-dihidroxivitamina D regula más de 200 genes, incluyendo aquellos involucrados en la proliferación celular, diferenciación, apoptosis y angiogénesis. Esta molécula reduce la proliferación tanto de células normales como de células cancerosas, al tiempo que promueve su diferenciación terminal.1

Por ejemplo, una aplicación clínica concreta de este mecanismo es el uso de la 1,25-dihidroxivitamina D3 y de sus análogos activos en el tratamiento de la psoriasis.1

 

Importancia de la suplementación de vitamina D

 

Diversos estudios ecológicos y observacionales han sugerido que una baja concentración de vitamina D podría estar asociada con una mayor mortalidad por enfermedades potencialmente mortales, como cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus, que en conjunto representan entre el 60 y 70% de la mortalidad total en países de altos ingresos.4

Un metaanálisis de 18 ensayos clínicos aleatorizados, que incluyó a 57,311 participantes y un seguimiento promedio ajustado de 5.7 años, analizó el riesgo de muerte por cualquier causa en personas que recibieron suplementación con vitamina D, ya sea en forma de ergocalciferol (D2) o colecalciferol (D3). Durante el periodo de estudio se registraron 4,777 muertes por cualquier causa, con dosis diarias de vitamina D que oscilaron entre 300 y 2,000 UI, siendo la media ajustada de 528 UI diarias. Los resultados mostraron que la suplementación con vitamina D se asoció con una reducción del riesgo de mortalidad total, con un riesgo relativo de 0.93 (intervalo de confianza del 95%, 0.87-0.99), sin evidencia de heterogeneidad ni sesgos de publicación, y sin que la adición de calcio modificara significativamente este efecto.4

La suplementación generalizada con vitamina D tiene importantes implicaciones para la salud pública. En este sentido, el Food and Nutrition Board (FNB), entidad responsable de establecer los valores de referencia de nutrientes en Estados Unidos, ha propuesto estimaciones de las concentraciones máximas de ingesta tolerable para los nutrientes, en particular para aquellos micronutrientes que pueden añadirse a los alimentos como fortificantes o consumirse como suplementos nutricionales.5

Sobre la base de reportes esporádicos (de calidad incierta) de hipercalcemia e hipercalciuria, el comité estableció de manera conservadora un nivel máximo tolerable de ingesta de 2,000 UI/día para la vitamina D, reconociendo que muchas personas, en especial aquellas que trabajan al aire libre durante el verano, casi con toda seguridad reciben aportes más elevados sin que se observen efectos adversos aparentes.5

Existe evidencia contundente de que la prevalencia de deficiencia de vitamina D es elevada en toda Europa, en especial —aunque no de forma exclusiva— en las poblaciones que residen en latitudes septentrionales. Esto podría extrapolarse a otras regiones del mundo. Esta situación tiene importantes repercusiones sobre la salud humana a lo largo del ciclo de vida, ya que impacta tanto en el crecimiento y desarrollo saludables como en un envejecimiento exitoso de las generaciones actuales y posiblemente futuras.6

En los últimos años, se han publicado informes relevantes tanto en Norteamérica como en Europa relacionados con los valores de referencia dietéticos (DRV) para la vitamina D, los cuales representan herramientas de enorme valor desde la perspectiva de la salud pública, al contribuir a la prevención de la deficiencia de vitamina D y al mantenimiento de un estado adecuado de esta vitamina en la población.6

 

Importancia de los vehículos en la biodisponibilidad de la vitamina D

 

La biodisponibilidad de la vitamina D está directamente influenciada por el tipo de vehículo con el que se administra. Diversos estudios han demostrado que las formulaciones en base oleosa mejoran de forma significativa la absorción intestinal de la vitamina D en comparación con presentaciones sólidas como tabletas o polvos.7

Esto se debe a que la vitamina D es una molécula lipofílica que requiere un entorno graso para su óptima solubilización y posterior absorción en el tracto gastrointestinal. Por tanto, el uso de vehículos oleosos no solo incrementa la biodisponibilidad, sino que también puede favorecer la eficacia clínica, en especial en poblaciones con alteraciones en la absorción o en pacientes con mayor riesgo de deficiencia.7

Una revisión sistemática realizada en Estados Unidos encontró que los vehículos oleosos muestran una mayor biodisponibilidad de la vitamina D en población sana en comparación con otros vehículos, como los basados en polvo o disoluciones en etanol. Al analizar los datos combinados, las formulaciones en aceite generaron el mayor incremento en las concentraciones séricas de 25(OH)D (4.05 nmol/L por cada 100 UI/día), seguidas por los vehículos en polvo (2.75 nmol/L) y con un efecto considerablemente menor, las disoluciones en etanol (0.5 nmol/L).7

Por lo tanto, la evidencia indica que los suplementos en base oleosa son óptimos para la población general, dada su mayor eficiencia en la absorción intestinal. Esta revisión destaca también la necesidad de estandarizar variables como la concentración basal de 25(OH)D y la forma de la vitamina (D2 o D3) en futuros estudios, ya que ambos factores impactan en la interpretación de la biodisponibilidad.7

 

Comentario 

 

El papel de la vitamina D en el mantenimiento de la salud ósea se conoce desde hace décadas. Sin embargo, el hallazgo de que numerosos tejidos expresan el receptor de vitamina D y son capaces de convertir la 25-OH vitamina D en su metabolito más activo, la 1,25-(OH)₂ vitamina D, ha proyectado un futuro muy prometedor para esta “antigua” molécula. De hecho, tanto estudios observacionales como un número creciente de estudios de intervención han destacado la importancia de una suplementación adecuada de vitamina D no solo por sus beneficios óseos, sino también por su impacto en la prevención de diversos trastornos. Se ha demostrado que la 25-OH vitamina D desempeña un papel relevante en la prevención de cáncer, diabetes e infecciones, así como de enfermedades autoinmunes y cardiovasculares.8

El colecalciferol (100 000 UI) es una forma segura, eficaz y sencilla de elevar las concentraciones de calcidiol.9 Sus propiedades farmacéuticas se optimizan aún más cuando se usa un vehículo oleoso, el cual le permite no solo una forma más cómoda de administración, ya que se puede prescribir con dosis semanales, sino que esta opción mejora la adherencia del paciente al esquema recomendado por su médico. 

 

Referencias

 

1.

Holick M. Vitamin D Deficiency. N Engl J Med. 2007;357:266-81.

2.

PLM. PLM Medicamentos. Milda; 2025. Disponible en: https://www.medicamentosplm.com/Home/productos/milda.capsulas/2877/101/71350/14.

3.

Bischoff-Ferrari H, Dawson-Hughes B, Staehelin H, Orav J, Stuck A, et al. Fall prevention with supplemental and active forms of vitamin D: a meta-analysis of randomised controlled trials. BMJ. 2009;339:b3692.

4.

Autier P, Gandini S. Vitamin D Supplementation and Total Mortality. Arch Intern Med. 2007;167(16).

5.

Heaney R, Davies K, Chen T, Holick M, Barger-Lux M. Human serum 25-hydroxycholecalciferol response to extended oral dosing with cholecalciferol. Am J Clin Nutr. 2003;77:204-210.

6.

Cashman K, Kiely M. Recommended dietary intakes for vitamin D: where do they come from, what do they achieve and how can we meet them? J Hum Nutr Diet. 2014;doi:10.1111/jhn.12226.

7.

Grossmann R, Tangpricha V. Evaluation of vehicle substances on vitamin D bioavailability: A systematic review. Mol. Nutr. Food Res. 2010;54:1055-1061.

8.

Cavalier E, Delanaye P, Chapelle J, Souberbielle J. Vitamin D: current status and perspectives. Clin Chem Lab Med. 2009;47(2):120-127.

9.

Ilahi M, Armas L, Heaney R. Pharmacokinetics of a single, large dose of cholecalciferol. Am J Clin Nutr. 2008;87:688-691.

 

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